sábado, 29 de noviembre de 2008

LA MÚSICA EN LA CIENCIA FICCIÓN

No sólo en la literatura y el cine se a versado la ciencia ficción, por más que estas dos artes hayan sido, tradicionalmente, su mejor vehículo de divulgación.

Así, quería presentar, de cuando en cuando, ciertos grupos musicales que se han atrevido a indagar en este género.

MECANO

En 1982, en su álbum de debut, Mecano, los madrileños incluyeron una canción llamada ‘Máquina de vapor’.

Hay un disco que me excita,
habla de una relación:
el amor entre un hombre
y una máquina a vapor.

Siempre lo estoy escuchando,
es mi única canción:
si alguien entra a cambiarlo
le echo de mi habitación.

No, no, no, no...
no quites nunca esa canción.
No, no, no, no...
no seas antiguo y déjate llevar.
Todo es posible en el amor.

Él le aprieta algunas tuercas;
ella da un beso de gas;
él programa algun registro
que la haga disfrutar;
el trabajo se convierte en su máxima pasión:
el hombre se ha enamorado de su propia creación.

No, no, no, no...
no quites nunca esa canción.
No, no, no, no...
no seas antiguo y déjate llevar.
Todo es posible en el amor.

LOS NIKIS

En 1987, cinco años después del inicio de su carrera, los `Ramones de Algete´ publicaron Submarines a pleno sol, el disco que, a la postre, los confirmaría como creadores de la nueva tendencia punk de la movida.

En es disco aparecían dos canciones que ahora nos conciernen: ‘La increíble historia del camarada Vladimir’ y ‘Las redes de Kirchoff’.

Mi querida Nadia:
no he podido escribir antes.
Los fallos del Soyuz
están siendo preocupantes
y mi cápsula cayó
fuera de control
en un lugar cercano a Nueva York.

He tenido suerte
porque no me ha visto nadie:
la liga profesional
está en su punto culminante.
¿Y quién me iba a decir que todo Nueva York
iba a estar pegado al televisor?

Te has metido en un buen lío
del que no podrás salir.
Que la suerte te acompañe,
camarada Vladimir.

Estoy arrepentido
de haber sido cosmonauta.
En la granja de mi padre
siempre me han echado en falta.

Tendré que secuestrar un barco o un avión
con rumbo hacia un país del COMECOM.

Te has metido en un buen lío
del que no podrás salir.
Que la suerte te acompañe,
camarada Vladimir.







Estos transistores no son como los de antes,
un zumbido raro toda la primera parte.

¿Qué demonios ha pasado,
que mi Sanyo no funciona?
Ahora que el Madrid ganaba
por 3-0 al Barcelona.

Fuera los tornillos, ya está abierta la carcasa,
pero me han pillado con las manos en la masa.
¿Quién me manda andar hurgando
en mi pobre transistor?
He caído como un tonto en las redes de Kirchoff.

En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff,
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff

Los condensadores se han unido a las bobinas,
sufro en propias carnes sus descargas asesinas.
Estoy siendo acorralado por 200 resistencias,
en el mundo del Amperio ya no existe la clemencia.

Cuando le has enfurecido, un circuito no perdona.
No podré volver a ver ni al Madrid ni al Barcelona.

¿Quién me manda andar hurgando
en mi pobre transistor?
He caído como un tonto en las redes de Kirchoff.

En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff,
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff

DDT

Los sucesores de Los Nikis, curtidos en una cultura pop desde su gestación, dedican gran parte de sus temas a películas como ‘El diablo sobre ruedas’ o ‘El increíble hombre menguante’.

http://www.youtube.com/watch?v=u52z3S6onDI

lunes, 24 de noviembre de 2008

ROBÓTICA Y EDUCACIÓN

El pasado viernes, 21 de Noviembre de 2008, tuvo lugar, dentro del marco de conferencias de la Semana de la Ciencia y la Tecnología (evento organizado, en parte, por la Universidad de Oviedo), una mesa redonda llamada ‘Robótica y Educación’, en el salón de actos de la E.U.I.T.I.O.

La charla trató de debatir los beneficios de el empleo de robótica en actividades educativas aprovechando el interés que despierta la ciencia mediante estos aparatos al espantar el aburrimiento.

Como claro ejemplo, la charla estuvo amenizada con las actuaciones de Tribot, un pequeño juguete comercializado en EE.UU, que tiene la característica única de poder desplazarse absolutamente en cualquier dirección gracias a un eje de tres ruedas.

No obstante, mas allá del entretenimiento y la educación, la charla hizo también un repaso sobre el pasado, presente y futuro de la robótica.

Hace 50 años empezó la carrera por la inteligencia artificial: los robots, una mezcla de hardware y software con aplicaciones tecnológicas.

El hardware, dependiente de los avances industriales y tecnológicos experimento entonces un boom que llevó al desarrollo de prototipos de lo que actualmente son los robots que conocemos.

Sin embargo, el software, o cerebro de los robots, no creció de manera similar, sino que se enfrentó a un estancamiento por miedo de los obreros a ser sustituidos por máquinas.

No obstante, hacia los años 80, el ejército americano firmó un acuerdo con sus huestes por el que se comprometía a no sustituir a los soldados, sino a emplear la robótica como herramienta para facilitar la tarea de sus huestes.

Con este impulso, la inyección económica en el mundo de la Robótica y la Domótica fue tal que las grandes empresas de sistemas operativos para ordenadores se lanzaron al desarrollo de software para robots.

Las primeras que se atrevieron fueron las empresas de software libre. Así, Linux creó un programa llamado Robot Operating System (Sistema Operativo para Robot) que, en sus sucesivas versiones se limitó a la inclusión de algoritmos que diesen instrucciones al hardware componente del aparato.

Aprovechando esto, Microsoft avanzó terriblemente en un proyecto de robótica evolutiva y creó Microsoft Robotic Studio (Estudio de Robótica de Microsoft), un software que no se limitaba a controlar los movimientos de la máquina. Microsoft desarrolló los denominados entornos de simulación: plataformas virtuales en las que se podían prever las distintas situaciones en las que se encontraría el sujeto.

De esta manera, el mundo de los videojuegos también se aprovechó de la inversión de capital en la robótica.

Y así, con los Player Systems de Microsoft y sus acuerdos estratégicos con empresas para adquirir el casi total monopolio del mundo de la robótica, llegamos a la situación actual de esta ciencia.

La infobótica, o modelación de sistemas, indujo una gran sensación de optimismo en el entorno de los implicados en Robot Development (desarrollo de robots), la mayor asociación de fabricantes de robots del planeta, hasta tal punto que establecieron una clasificación, hacia 1995, de los tipos de robots:

-Robótica de consumo: máquinas que no son más que simples herramientas domésticas de precios asequibles.

-Robótica de consumo: robots de cuidados y de realización de tareas poco agradables para la sociedad, punteros en Japón, donde son las propias máquinas quienes cuidan de los ancianos.

-Robótica industrial y de investigación: Alemania es el país puntero en este tipo de máquinas, caras, pese a que las tres grandes empresas de este sector (CUCA, ABB, Motoman) no realizan movimientos significativos en su desarrollo.

-Robótica militar: EE.UU. desarrolla, desde hace ya una década, con gran éxito, los vehículos autónomos (o no tripulados).

Actualmente, y en contra de lo que pueda ser la opinión global, el país más avanzado en robótica no es Japón, sino Korea del Sur, donde las autoridades ya han dictaminado las denominadas Leyes de la Robótica (no... no son las del maestro Asimov), previendo así lo que será el futuro: los androides.

Para acabar, quisiera comentar que pese a que España es aún un pequeño bebé en este mundo, una empresa nacional, Robótica Da Vinci, ha patentado la primera casa completamente autónoma, y está ya volcada en la construcción de pisos piloto para ancianos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

¡¡OFERTA!!: DOS DÍAS Y ¿UNA NOCHE? EN EL CENTRO DE LA TIERRA

Mientras investigaba el por qué del color azul del cielo para mi anterior artículo encontré una explicación del fenómeno basada en los espectros de emisión de fotones de los átomos.

Tranquilos, no es latín.

Según el modelo atómico de Bohr (Dinamarca, 1885-1962), de 1913, los electrones de la corteza atómica giran alrededor del núcleo en órbitas circulares estables, sin emitir ni absorber energía. Además, de las infinitas órbitas circulares en las que se puede mover el electrón sólo son posibles aquellas en las que el módulo del momento angular del electrón es un múltiplo entero de la cantidad hp/2, y cuando un electrón pasa de una órbita a otra absorbe o emite energía en forma de fotones, en una cantidad igual a AE=hn.

Cuando la luz del sol llega a la atmósfera los fotones chocan con los átomos del aire, que absorben la energía lumínica, haciendo que los electrones de sus cortezas salten hacia niveles de energía (órbitas) mayores. Cuando el electrón, en busca de estabilidad, regresa a su nivel energético predeterminado, el fotón absorbido es devuelto por el átomo de gas con la misma frecuencia (color), pero en cualquier dirección aleatoria.

Esto es lo que se conoce como dispersión de la luz: debido a la luz del sol, la propia atmósfera es la que nos ilumina.

La luz roja del sol (frecuencia de onda menor) tiene mucho menos energía que la azul o la ultravioleta, y por ello es incapaz de penetrar en los átomos de gas de la atmósfera, de modo que la dispersión de la luz en la atmósfera ocurre solo con los fotones de alta energía (luz azul). La luz roja continúa su camino sin casi dispersarse, ya que este fenómeno depende de la longitud de onda (y de manera inversa de la frecuencia) en una relación inversa a la cuarta potencia l.

De este modo, finalmente, la dispersión del azul es 6 veces mayor que la de la luz de frecuencia baja (roja).

Hasta aquí la ciencia, ahora la ficción.

Cuando los tres aventureros novatos de la película Viaje al centro de la Tierra (Eric Brevig, 2008) alcanzan su objetivo y descubren el océano encerrado en aquel idílico y cálido lugar, el cielo es de un morado rojizo precioso.



Ya que la luz del Sol no llega al sitio en el que están, me aprovecharé de una premisa de los guionistas: sobre la cavidad en la que se encuentran fluyen ríos de lava.

Aplicando esto a la explicación anterior, solamente habría que sustituir que la energía absorbida por los átomos no sería lumínica sino calorífica.

De este modo el proceso de liberación de fotones de determinadas frecuencias sería similar al de un espectroscopio (dispositivo empleado para obtener un espectro atómico) de emisión, y no dependería ya de la fuente de la energía, sino del tipo de átomos que formasen el aire respirado en el interior de la cueva.

El espectro de emisión del Oxígeno es el siguiente:

y coincide bastante bien con los colores que aparecen en la película (grandes cargas de morado con ligeros matices de rojo), por lo que podemos suponer que el aire allá abajo sea rico en oxígeno (discutir si a dicha presión el oxígeno sería gaseoso es otro asunto).

Lo que yo propongo discutir aquí es la escena de la impresionante tormenta, completamente a oscuras, en una noche cerrada... ¡en una noche cerrada!

Vale, pueden respirar, pero... ¿cómo es posible que anochezca en un lugar en el que los átomos, no sólo están recibiendo energía en forma de calor de manera continua, sino que el flujo de calor aumenta constantemente (la temperatura va en aumento debido a la inminente actividad volcánica)?

miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL ARCO IRIS MARCIANO

‘La señora K esperaba. Miraba el cielo azul de Marte como si en cualquier momento pudiera arrojar sobre la arena un resplandeciente milagro.’

Esta frase está sacada de Crónicas marcianas, un compendio de pequeñas historias, relativas a la colonización de Marte por parte de los humanos, escritas por Ray Bradbury (EE.UU., 1920) antes de 1950, fecha de publicación de la obra.

Dicha fecha, unida a la frase que abre el artículo, me sugieren cierto escepticismo: ¿será el cielo azul en el planeta rojo, o será que el desconocimiento científico de la época le permitió a Bradbury ciertas licencias poéticas?

¿Por qué el cielo es azul?

El secreto del color azul del cielo esta relacionado con la composición de la luz solar (luz blanca, integrada por radiaciones de todas las longitudes de onda) y con la humedad de la atmósfera (es el propio Sol quien se encarga de procurar al aire su humedad, ya que, con su calor, hace que parte del agua de la superficie terrestre se evapore).

Para explicar el color azul del cielo, imaginemos que dejamos pasar un rayo de sol por un prisma de vidrio. La luz se abre en un abanico de colores (se dispersa) por refracción y, como resultado, vemos una gama de colores: violeta, azul, verde, amarillo y rojo. El rayo violeta es el que se ha separado mas de la dirección del rayo blanco y ahí esta precisamente la explicación del color del cielo. La desviación es máxima para los rayos de longitud de onda corta (violeta y azul), y mínima para los de longitud de onda larga (amarillos y rojos), que casi no son desviados. Los rayos violetas y azules, una vez desviados, chocan con otras partículas de aire y nuevamente varían su trayectoria, y así sucesivamente: realizan, pues, una ‘danza’ en el aire antes de alcanzar el suelo terrestre. Cuando, al fin, llegan a nuestros ojos, no parecen venir directamente del Sol, sino que nos llegan de todas las regiones del cielo, como en forma de fina lluvia. De ahí que el cielo nos parezca azul, mientras el Sol aparece de color amarillo, pues los rayos amarillos y rojos son poco desviados y van casi directamente en línea recta desde el Sol hasta nuestros ojos.

Es decir, si en Marte hubiese la suficiente humedad, el cielo podría tener el mismo aspecto que el de la Tierra.

No obstante, avanzando en la lectura del mismo capítulo (FEBRERO DE 1999. Ylla) encuentro estos pasajes:
-‘Ella se quedó mirando en silencio las extensiones pálidas del fondo del seco mar’
-‘La señora K miró el desierto’
-‘Ylla no miraba los viejos canales llenos de sueño y soledad’

¡Marte se había secado hace ya mucho tiempo!

¿Dónde está la humedad necesaria para el color azul del cielo? Si persiste en la débil atmósfera marciana, ¿por qué el agua no repite su ciclo?

No obstante, investigando un poco en Internet, descubro lo siguiente: ‘el color del cielo, debería ser violeta por ser ésta la longitud de onda más corta, pero no lo es por dos razones fundamentalmente: porque la luz solar contiene más luz azul que violeta y porque el ojo humano es más sensible a la luz azul que a la violeta.’

Esto quiere decir que, para que las células fotosensibles de los ojos de los marcianos interpreten los estímulos como los de los humanos, la vida en ambos planetas debería haberse desarrollado de manera similar en ambos mundos a lo largo de la historia, algo mucho más que improbable, y que el mismo Bradbury niega:
‘¿Así que el visitante tenía la piel pálida? ¿Y los ojos azules? Y supongo que los cabellos serían negros... ¡Dioses! ¡Qué relato más inverosímil! – respondió fríamente el Señor K.’