martes, 3 de febrero de 2009

STAR TREK. LA PELÍCULA

Durante este semestre se ha despertado en mí un gusto por la ciencia ficción. Como estandarte de esta nueva afición he descubierto la maravillosa saga de Star Trek.

Durante la final de la Superbowl, el evento televisivo del año en Estados Unidos, se lanzó el spot de 'Star Trek', la película con la que J.J. Abrams pretende renovar la franquicia, enganchando a todo tipo de público (aunque no tenga ni idea de qué es un rayo tractor).


El trailer es corto pero muy espectacular.

http://www.youtube.com/watch?v=8wXAFio-LLw

'Star Trek' está protagonizada por Chris Pine, Zachary Quinto, Karl Urban, Zoe Saldana, Bruce Greenwood y Eric Bana, entre otros. El estreno, el 8 de mayo.

En cuanto al argumento de 'Star Trek', no es un remake, sino una precuela que contará los inicios de la amistad entre Kirk y Spock, así como la formación de la tripulación del Enterprise.

Ya podéis ver el trailer siguiendo el siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=ScHxUopDlKc

Pd: Gene Roddenberry creó 'Star Trek' en 1966… ha llovido desde entonces.

TELETRANSPORTE

Tras haber visionado una maratón de películas de Star Trek, hay un asunto que me revuelve el estómago sobremanera, y es que aún no he conseguido comprender el funcionamiento de una cámara de teletrasporte.

Hay que explicar que el invento de las cámaras de teletransporte empleadas en la serie (y, más tarde, en las películas) fue una treta para no tener que rodar los aterrizages y los despegues en los distintos planetas, ya que no había presupuesto para ello.

Teóricamente, para conseguir teletransportar un objeto debería ser posible poder almacenar toda la información acerca de sus átomos: sus componentes, sus posiciones, su velocidad, etc...

He aquí el primer problema: es imposible saber con certeza donde se encuentra un electrón dentro de la corteza atómica.

Normalmente, se dice que los electrones se encuentran el los orbitales, regiones del espacio alrededor del núcleo del átomo. Sin embargo, estas regiones sólo son estimaciones probabilísticas acerca de la posibilidad de encontrar un electrón en un punto, es decir, son regiones aproximadas.

Además, de cada electrón habría que conocer su espín… es decir, todo es demasiado complejo.

No obstante, supongamos que se conoce toda esa información, que se puede almacenar y, por tanto, que se puede manejar.

Como ya hemos dicho, el propósito, en la serie, de las máquinas de teletransporte era llevar a los astronautas a los distintos planetas, así como enviarlos de una nave a otra.

Bien, un hombre tiene, aproximadamente, 1023 átomos. Suponiendo que toda la información acerca de uno sólo de esos átomos quepa en un kB, entonces se necesitarían 1019 TB (Terabytes).

Dicho así no suena demasiado grande, pero veámoslo de otra manera: si almacenasemos toda esa información en discos duros, la columna que podríamos formar tendría una altura de ¡10 años luz!

Algo inviable… sobre todo si no tienes presupuesto.

Sin embargo, aún queda cierta esperanza para los soñadores: en la prestigiosa revista Science, se ha publicado un trabajo, por parte del equipo investigador dirigido por el Dr. Furusawa, demostrando que han logrado el teletransporte del estado cuántico de un rayo de luz.

martes, 27 de enero de 2009

SUNSHINE. TE DEJARÁ HELADO

‘El Sol se muere. (...) La humanidad se enfrenta a un invierno solar’

Con esta premisa comienza Sunshine(2007), la película de ciencia ficción dirigida por Danny Boyle. Tiene buena pinta.

Los tripulantes de la nave Icarus II (la nave Icarus I fracasó en su intento) tienen la misión de reactivar el núcleo del Sol. Con este fin, la intención de quienes llevan a cabo la hazaña es la de llegar al Sol y liberar en su centro una carga explosiva que contiene ‘todos los materiales fisibles de la Tierra’.

En esta primera premisa ya hierra la película: las reacciones que se producen en el interior de una estrella y de las cuales esta obtiene su energía son de fusión (núcleos de átomos de Hidrógeno se unen, en determinadas condiciones, para formar átomos mayores, liberando una gran cantidad de energía), y no de fisión (proceso por el cual el núcleo de un átomo muy masivo e inestable se va disgregando, liberando energía), como pretenden hacernos creer en la película.

Pero más allá de los asuntos relacionados con el proceso de reactivación del sol (para más información, consultar bibliografía), me dedicaré en este post a analizar otras tropelías distintas (haberlas, hailas, muchas y muy variadas en la película).

La mayor angustia de nuestros intrépidos amigos es que, cuando están cerca del Sol, un pequeño error de cálculos destruye su invernadero.

¿A qué viene tanto llanto? Pues bien, en dicho invernadero, crecían las plantas que, al fotosintetizar, producían Oxígeno suficiente para suministrar a toda la nave.

A este método de obtención de ese elemento vital le veo un par de fallos:
-¿De qué luz sacaban las plantas la energía necesaria para fotosintetizar? ¿No estaban detrás del escudo? Habrá que suponer que aquellos tristes flexos eran lo suficientemente cálidos...
-Además, nada se ha dicho acerca de qué hacían con el Dióxido de Carbono que las plantitas liberaban durante la fase oscura de la fotosíntesis. ¿Acaso estos genios no saben que no es bueno dormir con plantas en la habitación?

Por esto, me veo obligado a sugerirles un método nuevo de obtención de Oxígeno: la hidrólisis.

La hidrólisis es un proceso químico por el cual, cuando circula una corriente eléctrica a través de una disolución acuosa de un ácido, una base o una sal, el agua se descompone en hidrógeno y oxígeno.

Por ejemplo, si los tripulantes de la nave Icarus II utilizasen como electrolito ácido sulfúrico (que, en solución acuosa se disocia en H2SO4 --> 2H+ + SO4=), al conectar una fuente de corriente continua a dos electrodos sumergidos en un tanque con la disolución, los iones H+ migrarían hacia el cátodo, donde captarían un electrón y se convertirían en Hidrógeno atómico (después se formarían moléculas de Hidrógeno por unión de pares de átomos), mientras que los iones SO4 se moverían hacia el ánodo, dejando sus dos cargas y volviendo a reaccionar con el agua:
2 SO4= + 2H2O --> 2 H2SO4 + O2

Puesto que el ácido sulfúrico volvería a formarse, el resultado neto del proceso sería la descomposición del agua en hidrógeno y oxígeno, gases que se recogerían en dos cubetas invertidas sobre el cátodo y el ánodo, respectivamente, en proporción 2:1.

Otra ventaja de este proceso es que, además de Oxígeno para respirar, se obtiene Hidrógeno, con el cual se pueden intentar reactivar las reacciones de fusión que tienen lugar dentro de una estrella. No sería gran cosa, pero si todos pusiésemos un granito arena...

Para este proceso, los astronautas no necesitarían más que un bidón de ácido sulfúrico diluido en agua, y un inmenso bidón en el que llevar agua para poder seguir manteniendo la concentración de la disolución.

Pero, al fin y al cabo, ¿qué es esta nimiedad para una nave que lleva un gran escudo de un material infundible y una enorme bomba con todos los materiales fisibles de la Tierra?