Durante este semestre se ha despertado en mí un gusto por la ciencia ficción. Como estandarte de esta nueva afición he descubierto la maravillosa saga de Star Trek.
Durante la final de la Superbowl, el evento televisivo del año en Estados Unidos, se lanzó el spot de 'Star Trek', la película con la que J.J. Abrams pretende renovar la franquicia, enganchando a todo tipo de público (aunque no tenga ni idea de qué es un rayo tractor).
El trailer es corto pero muy espectacular.
http://www.youtube.com/watch?v=8wXAFio-LLw
'Star Trek' está protagonizada por Chris Pine, Zachary Quinto, Karl Urban, Zoe Saldana, Bruce Greenwood y Eric Bana, entre otros. El estreno, el 8 de mayo.
En cuanto al argumento de 'Star Trek', no es un remake, sino una precuela que contará los inicios de la amistad entre Kirk y Spock, así como la formación de la tripulación del Enterprise.
Ya podéis ver el trailer siguiendo el siguiente enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=ScHxUopDlKc
Pd: Gene Roddenberry creó 'Star Trek' en 1966… ha llovido desde entonces.
martes, 3 de febrero de 2009
TELETRANSPORTE
Tras haber visionado una maratón de películas de Star Trek, hay un asunto que me revuelve el estómago sobremanera, y es que aún no he conseguido comprender el funcionamiento de una cámara de teletrasporte.
Hay que explicar que el invento de las cámaras de teletransporte empleadas en la serie (y, más tarde, en las películas) fue una treta para no tener que rodar los aterrizages y los despegues en los distintos planetas, ya que no había presupuesto para ello.
Teóricamente, para conseguir teletransportar un objeto debería ser posible poder almacenar toda la información acerca de sus átomos: sus componentes, sus posiciones, su velocidad, etc...
He aquí el primer problema: es imposible saber con certeza donde se encuentra un electrón dentro de la corteza atómica.
Normalmente, se dice que los electrones se encuentran el los orbitales, regiones del espacio alrededor del núcleo del átomo. Sin embargo, estas regiones sólo son estimaciones probabilísticas acerca de la posibilidad de encontrar un electrón en un punto, es decir, son regiones aproximadas.
Además, de cada electrón habría que conocer su espín… es decir, todo es demasiado complejo.
No obstante, supongamos que se conoce toda esa información, que se puede almacenar y, por tanto, que se puede manejar.
Como ya hemos dicho, el propósito, en la serie, de las máquinas de teletransporte era llevar a los astronautas a los distintos planetas, así como enviarlos de una nave a otra.
Bien, un hombre tiene, aproximadamente, 1023 átomos. Suponiendo que toda la información acerca de uno sólo de esos átomos quepa en un kB, entonces se necesitarían 1019 TB (Terabytes).
Dicho así no suena demasiado grande, pero veámoslo de otra manera: si almacenasemos toda esa información en discos duros, la columna que podríamos formar tendría una altura de ¡10 años luz!
Algo inviable… sobre todo si no tienes presupuesto.
Sin embargo, aún queda cierta esperanza para los soñadores: en la prestigiosa revista Science, se ha publicado un trabajo, por parte del equipo investigador dirigido por el Dr. Furusawa, demostrando que han logrado el teletransporte del estado cuántico de un rayo de luz.
Hay que explicar que el invento de las cámaras de teletransporte empleadas en la serie (y, más tarde, en las películas) fue una treta para no tener que rodar los aterrizages y los despegues en los distintos planetas, ya que no había presupuesto para ello.
Teóricamente, para conseguir teletransportar un objeto debería ser posible poder almacenar toda la información acerca de sus átomos: sus componentes, sus posiciones, su velocidad, etc...
He aquí el primer problema: es imposible saber con certeza donde se encuentra un electrón dentro de la corteza atómica.
Normalmente, se dice que los electrones se encuentran el los orbitales, regiones del espacio alrededor del núcleo del átomo. Sin embargo, estas regiones sólo son estimaciones probabilísticas acerca de la posibilidad de encontrar un electrón en un punto, es decir, son regiones aproximadas.
Además, de cada electrón habría que conocer su espín… es decir, todo es demasiado complejo.
No obstante, supongamos que se conoce toda esa información, que se puede almacenar y, por tanto, que se puede manejar.
Como ya hemos dicho, el propósito, en la serie, de las máquinas de teletransporte era llevar a los astronautas a los distintos planetas, así como enviarlos de una nave a otra.
Bien, un hombre tiene, aproximadamente, 1023 átomos. Suponiendo que toda la información acerca de uno sólo de esos átomos quepa en un kB, entonces se necesitarían 1019 TB (Terabytes).
Dicho así no suena demasiado grande, pero veámoslo de otra manera: si almacenasemos toda esa información en discos duros, la columna que podríamos formar tendría una altura de ¡10 años luz!
Algo inviable… sobre todo si no tienes presupuesto.
Sin embargo, aún queda cierta esperanza para los soñadores: en la prestigiosa revista Science, se ha publicado un trabajo, por parte del equipo investigador dirigido por el Dr. Furusawa, demostrando que han logrado el teletransporte del estado cuántico de un rayo de luz.
martes, 27 de enero de 2009
SUNSHINE. TE DEJARÁ HELADO
‘El Sol se muere. (...) La humanidad se enfrenta a un invierno solar’
Con esta premisa comienza Sunshine(2007), la película de ciencia ficción dirigida por Danny Boyle. Tiene buena pinta.
Los tripulantes de la nave Icarus II (la nave Icarus I fracasó en su intento) tienen la misión de reactivar el núcleo del Sol. Con este fin, la intención de quienes llevan a cabo la hazaña es la de llegar al Sol y liberar en su centro una carga explosiva que contiene ‘todos los materiales fisibles de la Tierra’.
En esta primera premisa ya hierra la película: las reacciones que se producen en el interior de una estrella y de las cuales esta obtiene su energía son de fusión (núcleos de átomos de Hidrógeno se unen, en determinadas condiciones, para formar átomos mayores, liberando una gran cantidad de energía), y no de fisión (proceso por el cual el núcleo de un átomo muy masivo e inestable se va disgregando, liberando energía), como pretenden hacernos creer en la película.
Pero más allá de los asuntos relacionados con el proceso de reactivación del sol (para más información, consultar bibliografía), me dedicaré en este post a analizar otras tropelías distintas (haberlas, hailas, muchas y muy variadas en la película).
La mayor angustia de nuestros intrépidos amigos es que, cuando están cerca del Sol, un pequeño error de cálculos destruye su invernadero.
¿A qué viene tanto llanto? Pues bien, en dicho invernadero, crecían las plantas que, al fotosintetizar, producían Oxígeno suficiente para suministrar a toda la nave.
A este método de obtención de ese elemento vital le veo un par de fallos:
-¿De qué luz sacaban las plantas la energía necesaria para fotosintetizar? ¿No estaban detrás del escudo? Habrá que suponer que aquellos tristes flexos eran lo suficientemente cálidos...
-Además, nada se ha dicho acerca de qué hacían con el Dióxido de Carbono que las plantitas liberaban durante la fase oscura de la fotosíntesis. ¿Acaso estos genios no saben que no es bueno dormir con plantas en la habitación?
Por esto, me veo obligado a sugerirles un método nuevo de obtención de Oxígeno: la hidrólisis.
La hidrólisis es un proceso químico por el cual, cuando circula una corriente eléctrica a través de una disolución acuosa de un ácido, una base o una sal, el agua se descompone en hidrógeno y oxígeno.
Por ejemplo, si los tripulantes de la nave Icarus II utilizasen como electrolito ácido sulfúrico (que, en solución acuosa se disocia en H2SO4 --> 2H+ + SO4=), al conectar una fuente de corriente continua a dos electrodos sumergidos en un tanque con la disolución, los iones H+ migrarían hacia el cátodo, donde captarían un electrón y se convertirían en Hidrógeno atómico (después se formarían moléculas de Hidrógeno por unión de pares de átomos), mientras que los iones SO4 se moverían hacia el ánodo, dejando sus dos cargas y volviendo a reaccionar con el agua:
2 SO4= + 2H2O --> 2 H2SO4 + O2
Puesto que el ácido sulfúrico volvería a formarse, el resultado neto del proceso sería la descomposición del agua en hidrógeno y oxígeno, gases que se recogerían en dos cubetas invertidas sobre el cátodo y el ánodo, respectivamente, en proporción 2:1.
Otra ventaja de este proceso es que, además de Oxígeno para respirar, se obtiene Hidrógeno, con el cual se pueden intentar reactivar las reacciones de fusión que tienen lugar dentro de una estrella. No sería gran cosa, pero si todos pusiésemos un granito arena...
Para este proceso, los astronautas no necesitarían más que un bidón de ácido sulfúrico diluido en agua, y un inmenso bidón en el que llevar agua para poder seguir manteniendo la concentración de la disolución.
Pero, al fin y al cabo, ¿qué es esta nimiedad para una nave que lleva un gran escudo de un material infundible y una enorme bomba con todos los materiales fisibles de la Tierra?
Con esta premisa comienza Sunshine(2007), la película de ciencia ficción dirigida por Danny Boyle. Tiene buena pinta.
Los tripulantes de la nave Icarus II (la nave Icarus I fracasó en su intento) tienen la misión de reactivar el núcleo del Sol. Con este fin, la intención de quienes llevan a cabo la hazaña es la de llegar al Sol y liberar en su centro una carga explosiva que contiene ‘todos los materiales fisibles de la Tierra’.
En esta primera premisa ya hierra la película: las reacciones que se producen en el interior de una estrella y de las cuales esta obtiene su energía son de fusión (núcleos de átomos de Hidrógeno se unen, en determinadas condiciones, para formar átomos mayores, liberando una gran cantidad de energía), y no de fisión (proceso por el cual el núcleo de un átomo muy masivo e inestable se va disgregando, liberando energía), como pretenden hacernos creer en la película.
Pero más allá de los asuntos relacionados con el proceso de reactivación del sol (para más información, consultar bibliografía), me dedicaré en este post a analizar otras tropelías distintas (haberlas, hailas, muchas y muy variadas en la película).
La mayor angustia de nuestros intrépidos amigos es que, cuando están cerca del Sol, un pequeño error de cálculos destruye su invernadero.
¿A qué viene tanto llanto? Pues bien, en dicho invernadero, crecían las plantas que, al fotosintetizar, producían Oxígeno suficiente para suministrar a toda la nave.
A este método de obtención de ese elemento vital le veo un par de fallos:
-¿De qué luz sacaban las plantas la energía necesaria para fotosintetizar? ¿No estaban detrás del escudo? Habrá que suponer que aquellos tristes flexos eran lo suficientemente cálidos...
-Además, nada se ha dicho acerca de qué hacían con el Dióxido de Carbono que las plantitas liberaban durante la fase oscura de la fotosíntesis. ¿Acaso estos genios no saben que no es bueno dormir con plantas en la habitación?
Por esto, me veo obligado a sugerirles un método nuevo de obtención de Oxígeno: la hidrólisis.
La hidrólisis es un proceso químico por el cual, cuando circula una corriente eléctrica a través de una disolución acuosa de un ácido, una base o una sal, el agua se descompone en hidrógeno y oxígeno.
Por ejemplo, si los tripulantes de la nave Icarus II utilizasen como electrolito ácido sulfúrico (que, en solución acuosa se disocia en H2SO4 --> 2H+ + SO4=), al conectar una fuente de corriente continua a dos electrodos sumergidos en un tanque con la disolución, los iones H+ migrarían hacia el cátodo, donde captarían un electrón y se convertirían en Hidrógeno atómico (después se formarían moléculas de Hidrógeno por unión de pares de átomos), mientras que los iones SO4 se moverían hacia el ánodo, dejando sus dos cargas y volviendo a reaccionar con el agua:
2 SO4= + 2H2O --> 2 H2SO4 + O2
Puesto que el ácido sulfúrico volvería a formarse, el resultado neto del proceso sería la descomposición del agua en hidrógeno y oxígeno, gases que se recogerían en dos cubetas invertidas sobre el cátodo y el ánodo, respectivamente, en proporción 2:1.
Otra ventaja de este proceso es que, además de Oxígeno para respirar, se obtiene Hidrógeno, con el cual se pueden intentar reactivar las reacciones de fusión que tienen lugar dentro de una estrella. No sería gran cosa, pero si todos pusiésemos un granito arena...
Para este proceso, los astronautas no necesitarían más que un bidón de ácido sulfúrico diluido en agua, y un inmenso bidón en el que llevar agua para poder seguir manteniendo la concentración de la disolución.
Pero, al fin y al cabo, ¿qué es esta nimiedad para una nave que lleva un gran escudo de un material infundible y una enorme bomba con todos los materiales fisibles de la Tierra?
martes, 16 de diciembre de 2008
UN NEGOCIO RENTABLE
Chris Wilton
Entro en la habitación y lo veo, ahí, reposando en la cama, y casi siento lástima...Pero, ¿qué digo? Lástima... reposando... increíble.
-Señor Kerner. ¿Me oye? Es usted Alex Kerner. El pasado sábado sufrió usted un terrible accidente de coche: el asfalto estaba mojado y no pudo frenar. Le tuvimos que operar, pero la intervención se complico y ha estado usted en coma los cuatro últimos días. No sabíamos a quién avisar, pues no parece tener usted familia en la ciudad.
-Perdone... Doctor, ¿dónde estoy?
-En el hospital Saint Vincent, San Francisco. Dígame, ¿recuerda algo de antes del accidente?
-No. No recuerdo nada.
-No se preocupe. Descansará usted en el hospital hasta que esté recuperado físicamente. Cuando se recupere, una psicóloga asistente del hospital le acompañará a su casa y le cuidará hasta que recupere la memoria.
-Gracias Doctor.
Me separo de él e introduzco el refrigerante en el depósito de suero. Se duerme. Dormirá un par de semanas, supongo. Ya veremos qué sucede cuando se despierte.
Quizás haya sido demasiado frío, demasiado distante con él. Si fuese otro paciente temería que se diese cuenta de la situación, pero él... no. Él no. Tengo suerte, él pensará lo que nosotros queramos.
William Munny
No puedo permitir que me note nervioso... Es absurdo, él ya lo sabe todo. Aún así, no quiero que piense que me está haciendo un favor: para algo le pago.
Busco en mi escritorio su tarjeta, bajo el doble fondo de mi cajón, guardada a buen recaudo. Toda precaución es poca. Enciendo un cigarrillo para tranquilizarme y marco su número.
Descuelga al otro lado una voz femenina.
-Consulta del Doctor Chris Wilton, ¿qué desea?
-Me llamo... uhm... Daniel Gregg. Necesito hablar con el Señor Wilton. Es una urgencia.
-Ahora mismo le paso. Gracias por atender.
Maldito idiota. ¿Me coje el teléfono su secretaría? ¿Qué clase de discreción es esta? Espero que todo este asunto merezca la pena... Desde luego espero que preste más atención a su ejecución que la que parece tener por los secretos.
-Doctor Chris Wilton, ¿quién es?
-Soy Munny. ¿Por qué coge el teléfono tu secretaria? Esto es muy serio. Me estoy jugando toda mi vida. No, de hecho no me la estoy jugando. Me aseguraste que no se trataba de un juego, que era un negocio. Así que, ¡ponte las pilas!
-Oye... no me grites. Haberlo pensado antes de hacer el animal. ¿Sabes que edad tenía aquella niña? Tienes suerte de que no tenga escrúpulos ni conciencia... serías capaz de llegar a darme asco. ¿Qué te pasa?
-La policía vino hoy a mi oficina. Aquel testigo del que hablamos... al parecer me vio bastante bien... tienen un retrato robot, ¿sabes?
¡Mierda! Estoy nervioso.
-No te preocupes. El tema del físico ya está solucionado. ¿Cuándo empieza el juicio?
-Mi abogado ha intentado aplazarlo un par de días, pero empieza mañana.
-Vale. Estate tranquilo: mañana tendrá el alta y el jueves ya estarás libre de condena.
-Más te vale.
-Jajaja... De nada William.
-No te rías. No me tutees. No tengo nada que agradecerte, para algo te pago. Adiós.
Alex Kerner
Tres semanas en el hospital. ¿No es muy poco tiempo para recuperarme de un terrible accidente de coche? Por lo menos la psicóloga es guapa.
Me ha acompañado a mi casa, en Chinatown... pero no recuerdo haber estado nunca antes aquí: un bonito loft decorado con una ingente cantidad de pósteres de Andy Warhol y carteles de películas. Ni siquiera recuerdo haber visto Casino.
La psicóloga no se calla. Me ha sentado en el sofá y me pide que piense en mis padres, en cuando era niño.
-Lo siento, Señora Dekker, pero no recuerdo nada. Ni siquiera he sabido distinguir la llave del portal de la del piso.
-No te preocupes Alex. Y llámame Maggie. Toma esta pastilla. Es un fármaco experimental que se está probando en Francia con pacientes amnésicos.
El octógono blanco que me ofrece sabe a rayos. Sabe casi tan mal como esa asquerosa pasta grisácea del hospital. No recuerdo tampoco qué comida me gustaba antes del accidente.
-¿Francia?
-El Saint Vincent colabora en la investigación, así que nos aprovechamos de los posibles beneficios. Toma agua. Bien, ahora túmbate en el sofá y cierra los ojos. Quiero que digas, con voz alta y clara, todo lo que aparezca por tu mente.
Me estoy quedando en blanco. Estoy entrando en trance.
Maggie Dekker
-Ya lo he dejado en comisaría, Señor Wilton.
-Bien hecho Maggie. ¿Cómo fue el asunto?
-No lo sé... Fue algo muy extraño.
-Maggie, este es nuestro primer paciente. Es importante conocer todos los detalles. ¿Qué fue lo que paso?
-Bueno... tomó la pastilla y quedó paralizado. Sus ojos estaban en blanco. Me contó la historia tal y como debió suceder, como si estuviese viendo una película.
-Sabes tan bien como yo que estaba viendo una película.
-Y cuando volvió a sentarse... su cara era inexpresiva. No estaba asustado. Ni siquiera confundido. No recordaba nada de su vida, pero era consciente de que había cometido un crimen. No estaba aterrado. No soy capaz de imaginar qué pasaba por su cabeza.
-De eso nos encargamos nosotros personalmente. Sigue contándome.
-No se alteró cuando le dije que debía llevarlo a comisaría. Su cara no cambió cuando llegamos, y tampoco lo hizo mientras repetía la historia, palabra por palabra, al agente que le tomaba declaración.
-¿Palabra por palabra? Mal asunto... los agentes del KGB llegaron a demostrar científicamente que cuando alguien miente tiende a repetir su historia palabra por palabra.
-El comisario me dijo que ya sabían de qué caso se trataba. Me informó de que lo retendrían esta noche en el calabozo y que mañana pasaría a disposición judicial para declarar en el juicio. Quizás tenga que declarar yo también.
-Jugamos con ventaja. Eres una gran actriz. Muchas gracias Maggie.
William Munny
Jueves. Parece que Wilton va a resultar un tipo de fiar. Cumple sus plazos. Casi me quedo helado cuando el comisario se ha presentado en la sala diciendo que tenía a un hombre que había confesado.
Y el resultado es inmejorable: el parecido físico es asombroso, pero los rasgos determinantes están bien diferenciados. De noche, hasta yo mismo me confundiría con él.
Veamos que más puede ofrecerme. Veamos si merece la pena la millonada que he invertido.
Alex Kerner
Toda la sala me mira. Todos dirigen sus miradas de asco hacia el lugar en el que me siento a declarar.
-Señor Kerner, ¿le importaría contarnos qué sucedió en la noche del sábado, 23 de Junio de este año?
-Señoría, ¿no podrían los miembros del jurado leer mi declaración en la comisaría?
No me apetece contarlo de nuevo. No me siento mal. No me siento incómodo. Es simplemente que necesito otro octógono.
-Seguro que su versión oral nos ofrece una versión más esclarecedora de los hechos. No es algo negociable.
-De acuerdo, Señoría…
Maggie Dekker
-Señor Wilton, ya he salido del juicio.
-¿Cómo fue, Maggie?
-Declaró. De nuevo la misma película. Palabra por palabra.
-Habrá que arreglarlo.
-Me dio pena cuando se lo llevaban detenido.
-Maggie, no le pasará nada. Sabes que no le puede pasar nada.
-Lo sé, Señor Wilton. Pero es que su cara era tan fría... lo condenaron a cadena perpetua, ¿sabe? Ni se inmutó. Además, mientras salía de la sala me miró y me pidió otro octógono.
-Eso sí que es un problema. Está enganchado. Aunque ya lo habíamos previsto... y el mono no le durará mucho. No tendrá tiempo.
-Señor Wilson, yo... No estoy segura de si podré seguir.
-Tranquila, Maggie. Vuelve al hospital. Hablaremos con más tranquilidad.
William Munny
-Señorita, ¿podría decirle al Señor Wilton que William Munny está aquí?
-Pase, Señor Munny. El doctor le estaba esperando.
-Gracias.
Una secretaria muy mona. Qué lastima haberme enfadado con ella el otro día. Aunque creo que juega a mi favor el hecho de que todo es maravilloso cuando uno no está condenado a cadena perpetua.
Entro en el despacho y ahí está el gran hombre. Cierro la puerta. Aún no se han acabado los secretos.
-Cadena perpetua. Me libré. Muchas gracias, Chris.
-Jajaja. Creí que no podía tutearle... y que no tenía nada que agradecerme, Señor Munny.
-Eso era antes, Chris. Serás el padrino de mi próximo hijo, lo juro.
-Me halaga. ¿Qué donación piensa hacer?
-Lo acordado: 1,300,000 $.
-Ya... ¿pero con qué fin?
-Tú eres el doctor. ¿Qué me recomiendas?
-Alzheimer. Es un área en el que nadie hace preguntas sobre los fondos, porque hay fondos de sobra. Además, seguro que tiene usted algún pariente enfermo, ¿una lejana tía abuela quizás?
-Sí. Creo que mi bisabuela murió de Alzheimer. Me parece bien.
-Bien. Asunto resuelto. ¿Le interesa conocer nuestras instalaciones de ‘pacientes de ingreso indefinido’?
-No. Creo que no. Además, tengo un par de asuntos pendientes en el trabajo. Pero seguiremos en contacto. Serás el padrino de mi hijo, no lo olvides.
-No lo haré.
-Una última cosa. ¿Es posible conseguir el número de su hermosa secretaria?
-Aléjese de Maggie, Señor Munny.
Chris Wilton
Estúpido Munny. No se da cuenta de la importancia de lo que hemos conseguido. Mantendrá la boca cerrada. Aún tiene miedo.
-Maggie, dígale al Señor Valens que pase.
La puerta se abre y veo a otro idiota. Otro criminal novato. Suerte que no tengo escrúpulos ni conciencia... sería capaz de llegar a darme asco.
-Creo que tiene usted un problema, Señor Valens.
-Scott, Señor Wilton. Pero puede llamarme Scotty. Creo que tiene usted una solución.
-Inteligencia artificial, Scotty. Nosotros construimos a tu culpable. Monitorizamos su mente y la controlamos. Nos das una historia, nosotros la digitalizamos, como en esas películas de Pixar, y la convertimos en sus recuerdos. La activamos con pastillas cargadas de nanorobots que desbloquean dicha información de su computerizado cerebro cuando nos conviene.
-¿Y si aún no conviene?
-Lo retenemos ingresado en el hospital. Lo apagamos introduciendo refrigerante en sus circuitos. El día que le damos el alta le hacemos comer una pasta gris cargada de antioxidante.
-¿Y qué pasa después?
-Ello va a la cárcel y tú nos pagas. Entonces, le ordenamos que se suicide. El forense de la cárcel es médico de este hospital. Asunto resuelto. ¿No te parece algo maravilloso?
-¿Le vale si le digo que no me parece algo horrible?
-Scotty... No tienes escrúpulos ni conciencia.
-Suerte... si no, sería capaz de llegar a darme asco.
Entro en la habitación y lo veo, ahí, reposando en la cama, y casi siento lástima...Pero, ¿qué digo? Lástima... reposando... increíble.
-Señor Kerner. ¿Me oye? Es usted Alex Kerner. El pasado sábado sufrió usted un terrible accidente de coche: el asfalto estaba mojado y no pudo frenar. Le tuvimos que operar, pero la intervención se complico y ha estado usted en coma los cuatro últimos días. No sabíamos a quién avisar, pues no parece tener usted familia en la ciudad.
-Perdone... Doctor, ¿dónde estoy?
-En el hospital Saint Vincent, San Francisco. Dígame, ¿recuerda algo de antes del accidente?
-No. No recuerdo nada.
-No se preocupe. Descansará usted en el hospital hasta que esté recuperado físicamente. Cuando se recupere, una psicóloga asistente del hospital le acompañará a su casa y le cuidará hasta que recupere la memoria.
-Gracias Doctor.
Me separo de él e introduzco el refrigerante en el depósito de suero. Se duerme. Dormirá un par de semanas, supongo. Ya veremos qué sucede cuando se despierte.
Quizás haya sido demasiado frío, demasiado distante con él. Si fuese otro paciente temería que se diese cuenta de la situación, pero él... no. Él no. Tengo suerte, él pensará lo que nosotros queramos.
William Munny
No puedo permitir que me note nervioso... Es absurdo, él ya lo sabe todo. Aún así, no quiero que piense que me está haciendo un favor: para algo le pago.
Busco en mi escritorio su tarjeta, bajo el doble fondo de mi cajón, guardada a buen recaudo. Toda precaución es poca. Enciendo un cigarrillo para tranquilizarme y marco su número.
Descuelga al otro lado una voz femenina.
-Consulta del Doctor Chris Wilton, ¿qué desea?
-Me llamo... uhm... Daniel Gregg. Necesito hablar con el Señor Wilton. Es una urgencia.
-Ahora mismo le paso. Gracias por atender.
Maldito idiota. ¿Me coje el teléfono su secretaría? ¿Qué clase de discreción es esta? Espero que todo este asunto merezca la pena... Desde luego espero que preste más atención a su ejecución que la que parece tener por los secretos.
-Doctor Chris Wilton, ¿quién es?
-Soy Munny. ¿Por qué coge el teléfono tu secretaria? Esto es muy serio. Me estoy jugando toda mi vida. No, de hecho no me la estoy jugando. Me aseguraste que no se trataba de un juego, que era un negocio. Así que, ¡ponte las pilas!
-Oye... no me grites. Haberlo pensado antes de hacer el animal. ¿Sabes que edad tenía aquella niña? Tienes suerte de que no tenga escrúpulos ni conciencia... serías capaz de llegar a darme asco. ¿Qué te pasa?
-La policía vino hoy a mi oficina. Aquel testigo del que hablamos... al parecer me vio bastante bien... tienen un retrato robot, ¿sabes?
¡Mierda! Estoy nervioso.
-No te preocupes. El tema del físico ya está solucionado. ¿Cuándo empieza el juicio?
-Mi abogado ha intentado aplazarlo un par de días, pero empieza mañana.
-Vale. Estate tranquilo: mañana tendrá el alta y el jueves ya estarás libre de condena.
-Más te vale.
-Jajaja... De nada William.
-No te rías. No me tutees. No tengo nada que agradecerte, para algo te pago. Adiós.
Alex Kerner
Tres semanas en el hospital. ¿No es muy poco tiempo para recuperarme de un terrible accidente de coche? Por lo menos la psicóloga es guapa.
Me ha acompañado a mi casa, en Chinatown... pero no recuerdo haber estado nunca antes aquí: un bonito loft decorado con una ingente cantidad de pósteres de Andy Warhol y carteles de películas. Ni siquiera recuerdo haber visto Casino.
La psicóloga no se calla. Me ha sentado en el sofá y me pide que piense en mis padres, en cuando era niño.
-Lo siento, Señora Dekker, pero no recuerdo nada. Ni siquiera he sabido distinguir la llave del portal de la del piso.
-No te preocupes Alex. Y llámame Maggie. Toma esta pastilla. Es un fármaco experimental que se está probando en Francia con pacientes amnésicos.
El octógono blanco que me ofrece sabe a rayos. Sabe casi tan mal como esa asquerosa pasta grisácea del hospital. No recuerdo tampoco qué comida me gustaba antes del accidente.
-¿Francia?
-El Saint Vincent colabora en la investigación, así que nos aprovechamos de los posibles beneficios. Toma agua. Bien, ahora túmbate en el sofá y cierra los ojos. Quiero que digas, con voz alta y clara, todo lo que aparezca por tu mente.
Me estoy quedando en blanco. Estoy entrando en trance.
Maggie Dekker
-Ya lo he dejado en comisaría, Señor Wilton.
-Bien hecho Maggie. ¿Cómo fue el asunto?
-No lo sé... Fue algo muy extraño.
-Maggie, este es nuestro primer paciente. Es importante conocer todos los detalles. ¿Qué fue lo que paso?
-Bueno... tomó la pastilla y quedó paralizado. Sus ojos estaban en blanco. Me contó la historia tal y como debió suceder, como si estuviese viendo una película.
-Sabes tan bien como yo que estaba viendo una película.
-Y cuando volvió a sentarse... su cara era inexpresiva. No estaba asustado. Ni siquiera confundido. No recordaba nada de su vida, pero era consciente de que había cometido un crimen. No estaba aterrado. No soy capaz de imaginar qué pasaba por su cabeza.
-De eso nos encargamos nosotros personalmente. Sigue contándome.
-No se alteró cuando le dije que debía llevarlo a comisaría. Su cara no cambió cuando llegamos, y tampoco lo hizo mientras repetía la historia, palabra por palabra, al agente que le tomaba declaración.
-¿Palabra por palabra? Mal asunto... los agentes del KGB llegaron a demostrar científicamente que cuando alguien miente tiende a repetir su historia palabra por palabra.
-El comisario me dijo que ya sabían de qué caso se trataba. Me informó de que lo retendrían esta noche en el calabozo y que mañana pasaría a disposición judicial para declarar en el juicio. Quizás tenga que declarar yo también.
-Jugamos con ventaja. Eres una gran actriz. Muchas gracias Maggie.
William Munny
Jueves. Parece que Wilton va a resultar un tipo de fiar. Cumple sus plazos. Casi me quedo helado cuando el comisario se ha presentado en la sala diciendo que tenía a un hombre que había confesado.
Y el resultado es inmejorable: el parecido físico es asombroso, pero los rasgos determinantes están bien diferenciados. De noche, hasta yo mismo me confundiría con él.
Veamos que más puede ofrecerme. Veamos si merece la pena la millonada que he invertido.
Alex Kerner
Toda la sala me mira. Todos dirigen sus miradas de asco hacia el lugar en el que me siento a declarar.
-Señor Kerner, ¿le importaría contarnos qué sucedió en la noche del sábado, 23 de Junio de este año?
-Señoría, ¿no podrían los miembros del jurado leer mi declaración en la comisaría?
No me apetece contarlo de nuevo. No me siento mal. No me siento incómodo. Es simplemente que necesito otro octógono.
-Seguro que su versión oral nos ofrece una versión más esclarecedora de los hechos. No es algo negociable.
-De acuerdo, Señoría…
Maggie Dekker
-Señor Wilton, ya he salido del juicio.
-¿Cómo fue, Maggie?
-Declaró. De nuevo la misma película. Palabra por palabra.
-Habrá que arreglarlo.
-Me dio pena cuando se lo llevaban detenido.
-Maggie, no le pasará nada. Sabes que no le puede pasar nada.
-Lo sé, Señor Wilton. Pero es que su cara era tan fría... lo condenaron a cadena perpetua, ¿sabe? Ni se inmutó. Además, mientras salía de la sala me miró y me pidió otro octógono.
-Eso sí que es un problema. Está enganchado. Aunque ya lo habíamos previsto... y el mono no le durará mucho. No tendrá tiempo.
-Señor Wilson, yo... No estoy segura de si podré seguir.
-Tranquila, Maggie. Vuelve al hospital. Hablaremos con más tranquilidad.
William Munny
-Señorita, ¿podría decirle al Señor Wilton que William Munny está aquí?
-Pase, Señor Munny. El doctor le estaba esperando.
-Gracias.
Una secretaria muy mona. Qué lastima haberme enfadado con ella el otro día. Aunque creo que juega a mi favor el hecho de que todo es maravilloso cuando uno no está condenado a cadena perpetua.
Entro en el despacho y ahí está el gran hombre. Cierro la puerta. Aún no se han acabado los secretos.
-Cadena perpetua. Me libré. Muchas gracias, Chris.
-Jajaja. Creí que no podía tutearle... y que no tenía nada que agradecerme, Señor Munny.
-Eso era antes, Chris. Serás el padrino de mi próximo hijo, lo juro.
-Me halaga. ¿Qué donación piensa hacer?
-Lo acordado: 1,300,000 $.
-Ya... ¿pero con qué fin?
-Tú eres el doctor. ¿Qué me recomiendas?
-Alzheimer. Es un área en el que nadie hace preguntas sobre los fondos, porque hay fondos de sobra. Además, seguro que tiene usted algún pariente enfermo, ¿una lejana tía abuela quizás?
-Sí. Creo que mi bisabuela murió de Alzheimer. Me parece bien.
-Bien. Asunto resuelto. ¿Le interesa conocer nuestras instalaciones de ‘pacientes de ingreso indefinido’?
-No. Creo que no. Además, tengo un par de asuntos pendientes en el trabajo. Pero seguiremos en contacto. Serás el padrino de mi hijo, no lo olvides.
-No lo haré.
-Una última cosa. ¿Es posible conseguir el número de su hermosa secretaria?
-Aléjese de Maggie, Señor Munny.
Chris Wilton
Estúpido Munny. No se da cuenta de la importancia de lo que hemos conseguido. Mantendrá la boca cerrada. Aún tiene miedo.
-Maggie, dígale al Señor Valens que pase.
La puerta se abre y veo a otro idiota. Otro criminal novato. Suerte que no tengo escrúpulos ni conciencia... sería capaz de llegar a darme asco.
-Creo que tiene usted un problema, Señor Valens.
-Scott, Señor Wilton. Pero puede llamarme Scotty. Creo que tiene usted una solución.
-Inteligencia artificial, Scotty. Nosotros construimos a tu culpable. Monitorizamos su mente y la controlamos. Nos das una historia, nosotros la digitalizamos, como en esas películas de Pixar, y la convertimos en sus recuerdos. La activamos con pastillas cargadas de nanorobots que desbloquean dicha información de su computerizado cerebro cuando nos conviene.
-¿Y si aún no conviene?
-Lo retenemos ingresado en el hospital. Lo apagamos introduciendo refrigerante en sus circuitos. El día que le damos el alta le hacemos comer una pasta gris cargada de antioxidante.
-¿Y qué pasa después?
-Ello va a la cárcel y tú nos pagas. Entonces, le ordenamos que se suicide. El forense de la cárcel es médico de este hospital. Asunto resuelto. ¿No te parece algo maravilloso?
-¿Le vale si le digo que no me parece algo horrible?
-Scotty... No tienes escrúpulos ni conciencia.
-Suerte... si no, sería capaz de llegar a darme asco.
sábado, 6 de diciembre de 2008
UN VIAJE ALUCINANTE, NO TRIPULADO
El submarino de la película ‘Viaje alucinante’ es reducido, junto con su tripulación, al tamaño de una bacteria, antes de ser inyectado en el torrente sanguínea del sistema arterial de un ser humano.
La minúscula tripulación tiene la misión de destruir un coágulo, inoperable en un quirófano, localizado en el cerebro de un importante científico.
Hasta aquí la ficción.
Dejando al margen los notables efectos visuales de la película y las aventuras vividas por los minúsculos micronautas, muchos son los problemas que hacen inviable un viaje de estas características: desde la imposibilidad de reducir la nave a dicho tamaño, hasta el hecho de que a esa escala toman gran relevancia las fuerzas de cohesión entre partículas, pasando por la gran viscosidad que presentaría el plasma sanguíneo frente al movimiento del submarino.
Parece una muy complicada misión; sin embargo, ahora llega la ciencia.
Un grupo de investigación de la Universidad de Oviedo, dirigido por el catedrático D. José María Alameda, está desarrollando, dentro del marco de programas de colaboración con otras universidades del mundo, un sistema operativo para nanobots: inteligencia para esos pequeños bichitos.
Entonces... retomando la idea del relato de Asimov, si se pudiese introducir el robot en el cuerpo humano y dirigirlo desde fuera por control remoto (o directamente programarle una serie de instrucciones antes de enviarlo a realizar su cometido), podríamos hacer que los nanobots detectasen las trazas del anormal metabolismo de una célula cancerígena, se solapasen a ella y la destruyese.
Pero además, en el futuro de la medicina podrían verse nanobots que actuasen como bombas de insulina en personas diabéticas, anticuerpos víricos, etc...
Este me parece un claro ejemplo de cómo, a veces, la ciencia ficción impulsa a la propia ciencia a probar y extender sus límites.
sábado, 29 de noviembre de 2008
LA MÚSICA EN LA CIENCIA FICCIÓN
No sólo en la literatura y el cine se a versado la ciencia ficción, por más que estas dos artes hayan sido, tradicionalmente, su mejor vehículo de divulgación.
Así, quería presentar, de cuando en cuando, ciertos grupos musicales que se han atrevido a indagar en este género.
MECANO
En 1982, en su álbum de debut, Mecano, los madrileños incluyeron una canción llamada ‘Máquina de vapor’.
Hay un disco que me excita,
habla de una relación:
el amor entre un hombre
y una máquina a vapor.
Siempre lo estoy escuchando,
es mi única canción:
si alguien entra a cambiarlo
le echo de mi habitación.
No, no, no, no...
no quites nunca esa canción.
No, no, no, no...
no seas antiguo y déjate llevar.
Todo es posible en el amor.
Él le aprieta algunas tuercas;
ella da un beso de gas;
él programa algun registro
que la haga disfrutar;
el trabajo se convierte en su máxima pasión:
el hombre se ha enamorado de su propia creación.
No, no, no, no...
no quites nunca esa canción.
No, no, no, no...
no seas antiguo y déjate llevar.
Todo es posible en el amor.
LOS NIKIS
En 1987, cinco años después del inicio de su carrera, los `Ramones de Algete´ publicaron Submarines a pleno sol, el disco que, a la postre, los confirmaría como creadores de la nueva tendencia punk de la movida.
En es disco aparecían dos canciones que ahora nos conciernen: ‘La increíble historia del camarada Vladimir’ y ‘Las redes de Kirchoff’.
Mi querida Nadia:
no he podido escribir antes.
Los fallos del Soyuz
están siendo preocupantes
y mi cápsula cayó
fuera de control
en un lugar cercano a Nueva York.
He tenido suerte
porque no me ha visto nadie:
la liga profesional
está en su punto culminante.
¿Y quién me iba a decir que todo Nueva York
iba a estar pegado al televisor?
Te has metido en un buen lío
del que no podrás salir.
Que la suerte te acompañe,
camarada Vladimir.
Estoy arrepentido
de haber sido cosmonauta.
En la granja de mi padre
siempre me han echado en falta.
Tendré que secuestrar un barco o un avión
con rumbo hacia un país del COMECOM.
Te has metido en un buen lío
del que no podrás salir.
Que la suerte te acompañe,
camarada Vladimir.
Estos transistores no son como los de antes,
un zumbido raro toda la primera parte.
¿Qué demonios ha pasado,
que mi Sanyo no funciona?
Ahora que el Madrid ganaba
por 3-0 al Barcelona.
Fuera los tornillos, ya está abierta la carcasa,
pero me han pillado con las manos en la masa.
¿Quién me manda andar hurgando
en mi pobre transistor?
He caído como un tonto en las redes de Kirchoff.
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff,
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff
Los condensadores se han unido a las bobinas,
sufro en propias carnes sus descargas asesinas.
Estoy siendo acorralado por 200 resistencias,
en el mundo del Amperio ya no existe la clemencia.
Cuando le has enfurecido, un circuito no perdona.
No podré volver a ver ni al Madrid ni al Barcelona.
¿Quién me manda andar hurgando
en mi pobre transistor?
He caído como un tonto en las redes de Kirchoff.
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff,
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff
DDT
Los sucesores de Los Nikis, curtidos en una cultura pop desde su gestación, dedican gran parte de sus temas a películas como ‘El diablo sobre ruedas’ o ‘El increíble hombre menguante’.
http://www.youtube.com/watch?v=u52z3S6onDI
Así, quería presentar, de cuando en cuando, ciertos grupos musicales que se han atrevido a indagar en este género.
MECANO
En 1982, en su álbum de debut, Mecano, los madrileños incluyeron una canción llamada ‘Máquina de vapor’.
Hay un disco que me excita,
habla de una relación:
el amor entre un hombre
y una máquina a vapor.
Siempre lo estoy escuchando,
es mi única canción:
si alguien entra a cambiarlo
le echo de mi habitación.
No, no, no, no...
no quites nunca esa canción.
No, no, no, no...
no seas antiguo y déjate llevar.
Todo es posible en el amor.
Él le aprieta algunas tuercas;
ella da un beso de gas;
él programa algun registro
que la haga disfrutar;
el trabajo se convierte en su máxima pasión:
el hombre se ha enamorado de su propia creación.
No, no, no, no...
no quites nunca esa canción.
No, no, no, no...
no seas antiguo y déjate llevar.
Todo es posible en el amor.
LOS NIKIS
En 1987, cinco años después del inicio de su carrera, los `Ramones de Algete´ publicaron Submarines a pleno sol, el disco que, a la postre, los confirmaría como creadores de la nueva tendencia punk de la movida.
En es disco aparecían dos canciones que ahora nos conciernen: ‘La increíble historia del camarada Vladimir’ y ‘Las redes de Kirchoff’.
Mi querida Nadia:
no he podido escribir antes.
Los fallos del Soyuz
están siendo preocupantes
y mi cápsula cayó
fuera de control
en un lugar cercano a Nueva York.
He tenido suerte
porque no me ha visto nadie:
la liga profesional
está en su punto culminante.
¿Y quién me iba a decir que todo Nueva York
iba a estar pegado al televisor?
Te has metido en un buen lío
del que no podrás salir.
Que la suerte te acompañe,
camarada Vladimir.
Estoy arrepentido
de haber sido cosmonauta.
En la granja de mi padre
siempre me han echado en falta.
Tendré que secuestrar un barco o un avión
con rumbo hacia un país del COMECOM.
Te has metido en un buen lío
del que no podrás salir.
Que la suerte te acompañe,
camarada Vladimir.
Estos transistores no son como los de antes,
un zumbido raro toda la primera parte.
¿Qué demonios ha pasado,
que mi Sanyo no funciona?
Ahora que el Madrid ganaba
por 3-0 al Barcelona.
Fuera los tornillos, ya está abierta la carcasa,
pero me han pillado con las manos en la masa.
¿Quién me manda andar hurgando
en mi pobre transistor?
He caído como un tonto en las redes de Kirchoff.
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff,
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff
Los condensadores se han unido a las bobinas,
sufro en propias carnes sus descargas asesinas.
Estoy siendo acorralado por 200 resistencias,
en el mundo del Amperio ya no existe la clemencia.
Cuando le has enfurecido, un circuito no perdona.
No podré volver a ver ni al Madrid ni al Barcelona.
¿Quién me manda andar hurgando
en mi pobre transistor?
He caído como un tonto en las redes de Kirchoff.
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff,
En las redes de Kirchoff, en las redes de Kirchoff
DDT
Los sucesores de Los Nikis, curtidos en una cultura pop desde su gestación, dedican gran parte de sus temas a películas como ‘El diablo sobre ruedas’ o ‘El increíble hombre menguante’.
http://www.youtube.com/watch?v=u52z3S6onDI
lunes, 24 de noviembre de 2008
ROBÓTICA Y EDUCACIÓN
El pasado viernes, 21 de Noviembre de 2008, tuvo lugar, dentro del marco de conferencias de la Semana de la Ciencia y la Tecnología (evento organizado, en parte, por la Universidad de Oviedo), una mesa redonda llamada ‘Robótica y Educación’, en el salón de actos de la E.U.I.T.I.O.
La charla trató de debatir los beneficios de el empleo de robótica en actividades educativas aprovechando el interés que despierta la ciencia mediante estos aparatos al espantar el aburrimiento.
Como claro ejemplo, la charla estuvo amenizada con las actuaciones de Tribot, un pequeño juguete comercializado en EE.UU, que tiene la característica única de poder desplazarse absolutamente en cualquier dirección gracias a un eje de tres ruedas.
No obstante, mas allá del entretenimiento y la educación, la charla hizo también un repaso sobre el pasado, presente y futuro de la robótica.
Hace 50 años empezó la carrera por la inteligencia artificial: los robots, una mezcla de hardware y software con aplicaciones tecnológicas.
El hardware, dependiente de los avances industriales y tecnológicos experimento entonces un boom que llevó al desarrollo de prototipos de lo que actualmente son los robots que conocemos.
Sin embargo, el software, o cerebro de los robots, no creció de manera similar, sino que se enfrentó a un estancamiento por miedo de los obreros a ser sustituidos por máquinas.
No obstante, hacia los años 80, el ejército americano firmó un acuerdo con sus huestes por el que se comprometía a no sustituir a los soldados, sino a emplear la robótica como herramienta para facilitar la tarea de sus huestes.
Con este impulso, la inyección económica en el mundo de la Robótica y la Domótica fue tal que las grandes empresas de sistemas operativos para ordenadores se lanzaron al desarrollo de software para robots.
Las primeras que se atrevieron fueron las empresas de software libre. Así, Linux creó un programa llamado Robot Operating System (Sistema Operativo para Robot) que, en sus sucesivas versiones se limitó a la inclusión de algoritmos que diesen instrucciones al hardware componente del aparato.
Aprovechando esto, Microsoft avanzó terriblemente en un proyecto de robótica evolutiva y creó Microsoft Robotic Studio (Estudio de Robótica de Microsoft), un software que no se limitaba a controlar los movimientos de la máquina. Microsoft desarrolló los denominados entornos de simulación: plataformas virtuales en las que se podían prever las distintas situaciones en las que se encontraría el sujeto.
De esta manera, el mundo de los videojuegos también se aprovechó de la inversión de capital en la robótica.
Y así, con los Player Systems de Microsoft y sus acuerdos estratégicos con empresas para adquirir el casi total monopolio del mundo de la robótica, llegamos a la situación actual de esta ciencia.
La infobótica, o modelación de sistemas, indujo una gran sensación de optimismo en el entorno de los implicados en Robot Development (desarrollo de robots), la mayor asociación de fabricantes de robots del planeta, hasta tal punto que establecieron una clasificación, hacia 1995, de los tipos de robots:
-Robótica de consumo: máquinas que no son más que simples herramientas domésticas de precios asequibles.
-Robótica de consumo: robots de cuidados y de realización de tareas poco agradables para la sociedad, punteros en Japón, donde son las propias máquinas quienes cuidan de los ancianos.
-Robótica industrial y de investigación: Alemania es el país puntero en este tipo de máquinas, caras, pese a que las tres grandes empresas de este sector (CUCA, ABB, Motoman) no realizan movimientos significativos en su desarrollo.
-Robótica militar: EE.UU. desarrolla, desde hace ya una década, con gran éxito, los vehículos autónomos (o no tripulados).
Actualmente, y en contra de lo que pueda ser la opinión global, el país más avanzado en robótica no es Japón, sino Korea del Sur, donde las autoridades ya han dictaminado las denominadas Leyes de la Robótica (no... no son las del maestro Asimov), previendo así lo que será el futuro: los androides.
Para acabar, quisiera comentar que pese a que España es aún un pequeño bebé en este mundo, una empresa nacional, Robótica Da Vinci, ha patentado la primera casa completamente autónoma, y está ya volcada en la construcción de pisos piloto para ancianos.
La charla trató de debatir los beneficios de el empleo de robótica en actividades educativas aprovechando el interés que despierta la ciencia mediante estos aparatos al espantar el aburrimiento.
Como claro ejemplo, la charla estuvo amenizada con las actuaciones de Tribot, un pequeño juguete comercializado en EE.UU, que tiene la característica única de poder desplazarse absolutamente en cualquier dirección gracias a un eje de tres ruedas.
No obstante, mas allá del entretenimiento y la educación, la charla hizo también un repaso sobre el pasado, presente y futuro de la robótica.
Hace 50 años empezó la carrera por la inteligencia artificial: los robots, una mezcla de hardware y software con aplicaciones tecnológicas.
El hardware, dependiente de los avances industriales y tecnológicos experimento entonces un boom que llevó al desarrollo de prototipos de lo que actualmente son los robots que conocemos.
Sin embargo, el software, o cerebro de los robots, no creció de manera similar, sino que se enfrentó a un estancamiento por miedo de los obreros a ser sustituidos por máquinas.
No obstante, hacia los años 80, el ejército americano firmó un acuerdo con sus huestes por el que se comprometía a no sustituir a los soldados, sino a emplear la robótica como herramienta para facilitar la tarea de sus huestes.
Con este impulso, la inyección económica en el mundo de la Robótica y la Domótica fue tal que las grandes empresas de sistemas operativos para ordenadores se lanzaron al desarrollo de software para robots.
Las primeras que se atrevieron fueron las empresas de software libre. Así, Linux creó un programa llamado Robot Operating System (Sistema Operativo para Robot) que, en sus sucesivas versiones se limitó a la inclusión de algoritmos que diesen instrucciones al hardware componente del aparato.
Aprovechando esto, Microsoft avanzó terriblemente en un proyecto de robótica evolutiva y creó Microsoft Robotic Studio (Estudio de Robótica de Microsoft), un software que no se limitaba a controlar los movimientos de la máquina. Microsoft desarrolló los denominados entornos de simulación: plataformas virtuales en las que se podían prever las distintas situaciones en las que se encontraría el sujeto.
De esta manera, el mundo de los videojuegos también se aprovechó de la inversión de capital en la robótica.
Y así, con los Player Systems de Microsoft y sus acuerdos estratégicos con empresas para adquirir el casi total monopolio del mundo de la robótica, llegamos a la situación actual de esta ciencia.
La infobótica, o modelación de sistemas, indujo una gran sensación de optimismo en el entorno de los implicados en Robot Development (desarrollo de robots), la mayor asociación de fabricantes de robots del planeta, hasta tal punto que establecieron una clasificación, hacia 1995, de los tipos de robots:
-Robótica de consumo: máquinas que no son más que simples herramientas domésticas de precios asequibles.
-Robótica de consumo: robots de cuidados y de realización de tareas poco agradables para la sociedad, punteros en Japón, donde son las propias máquinas quienes cuidan de los ancianos.
-Robótica industrial y de investigación: Alemania es el país puntero en este tipo de máquinas, caras, pese a que las tres grandes empresas de este sector (CUCA, ABB, Motoman) no realizan movimientos significativos en su desarrollo.
-Robótica militar: EE.UU. desarrolla, desde hace ya una década, con gran éxito, los vehículos autónomos (o no tripulados).
Actualmente, y en contra de lo que pueda ser la opinión global, el país más avanzado en robótica no es Japón, sino Korea del Sur, donde las autoridades ya han dictaminado las denominadas Leyes de la Robótica (no... no son las del maestro Asimov), previendo así lo que será el futuro: los androides.
Para acabar, quisiera comentar que pese a que España es aún un pequeño bebé en este mundo, una empresa nacional, Robótica Da Vinci, ha patentado la primera casa completamente autónoma, y está ya volcada en la construcción de pisos piloto para ancianos.
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